Esta noche me he quedado mirando las estrellas.
Cuando era niña me gustaba pasar largos ratos mirando al cielo con la esperanza de poder ver pasar una estrella fugaz que me diese la oportunidad de pedirle un deseo.
Ahora sé que aquello no era más que una ilusión, otra fantasía de niña tonta e inocente... sin embargo, si esta noche volviese a ver una de ellas no dudaría en pedirle un nuevo deseo.
Le pediría que me dieses la oportunidad de conocerme verdaderamente y así descubrir lo que guardo más allá de mis máscaras y mis disfraces; que conozcas mis más profundos sentimientos, mis temores, mis esperanzas y alegrías, mi dolor y mis anhelos; que comprendas que detrás de mi antifaz, mi escudo y mi coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario.
Le pediría que me des la oportunidad de poder hablar contigo y que me escuches con interés y respeto; que me aceptes tal y como soy sin intentar cambiarme, que me valores por ser quien soy, no por como tu desearías que fuera; que confiases en mí y si cometo algún error, si alguna vez tropiezo y me caigo, que me ayudes a levantarme del suelo.
Le pediría que me apoyes aún cuando diga cosas que no parezcan tener sentido, que me animes cuando me sienta sin fuerzas y que me tomes de las manos con firmeza cuando me sienta débil; que te quedes a mi lado por el simple hecho de estar juntos, sin ataduras ni obligaciones, que te quedes a mi lado porque me quieres como el primer día.
Le pediría que vivieses conmigo cada instante como si fuese el último, que no dejaras pasar ninguna noche sin decirme que me quieres, que no dejaras que me marchase sin darme un beso.
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