miércoles, 23 de diciembre de 2009

¿Con qué sueñan los caballos?




Ir corriendo a tu pequeña jaula y encontrarme lo inesperado: 500kg de masa briosa, libre, natural, saltadora… masa de mi pequeño corazón, de mis sueños hechos materia… Todo mi mundo recogido en su menor apariencia descansando sobre su tierno lecho de paja, con su pequeño hocico del que cuelgan sus ahí flácidos labios, con los ollares extendidos, alentando, con los ojos cerrados, soñando… pero, ¿con que sueñan los caballos?


Hasta el más rudo corazón se encogería al ver lo inofensivo que parecías, el gran tributo a tu nombre que hiciste, pequeño santo, porque eso es lo que eres, un ángel, MI ángel…

Nunca jamás voy a olvidar aquella imagen que ha tocado mi corazón, porque tú y todos mis recuerdos junto a ti siempre estarán en él.
Te Quiero.

martes, 22 de diciembre de 2009

Atisbo de esperanza


Y creo que con hoy son ya 6 meses.
6 meses sin oír tu voz dirigirse a mí. 6 meses sin hablarte. 6 meses sin poder escucharte. 6 meses sin reírme contigo, de ti o de nuestras paridas. 6 meses sin llamarte. 6 meses sin recibir nada tuyo. 6 meses sin abrazarte, sin darte dos besos. 6 meses sin andar juntas sin rumbo. 6 meses sin comer pipas a tu lado. 6 meses sin invitarte al quiosco. 6 meses reprimiendo mi deseo de contarte mis hazañas. 6 meses sin poderte pedir consejo, el consejo más preciado.


Pero hoy llegué, y cuando ya había perdido la esperanza de un reencuentro, un perdón, una vuelta atrás… Cuando ya daba todo por olvidado y había clasificado nuestra amistad como una amistad fracasada, te acercas, me das dos besos y me deseas Feliz Navidad.

Entonces yo, vuelvo a sonreír… :)

domingo, 20 de diciembre de 2009


En 1979 se cumplieron 30 años del récord mundial de salto alto (2.47m) batido por Alberto Larraguibel y su caballo Huaso. La periodista María Angélica de Luigi le preguntó al entonces Coronel Alberto Larraguibel si creía imposible que alguien batiera su marca.
“No. Yo estoy convencido de que es posible. Sólo es necesario que se dé, como se me dio a mí, esa armonía perfecta de caballo y jinete, de equilibrio y velocidad, y que haya otro hombre dispuesto a lanzar su corazón por encima del obstáculo e irlo a buscar, sin vacilaciones, al otro lado”.

Las chicas son como las manzanas de un árbol; las mejores manzanas están en lo más alto del árbol.

Los muchachos no desean coger las mejores porque temen caerse y hacerse daño. En vez de esto, ellos simplemente cogen las manzanas caídas del suelo que no son tan buenas, pero son más fáciles. De esta forma, las manzanas de la copa piensan que algo no funciona con ellas, cuando en realidad son asombrosas.
Ellas sólo tienen que esperar a que llegue el muchacho adecuado, el que sea lo suficientemente valiente para subir todo el camino hasta la cima.

lunes, 7 de diciembre de 2009


Cuando tu día parezca estar fuera de control y te da la impresión que todo se derrumba ante ti, cuando todo es caos a tu alrededor y las horas se te hacen interminables, cuando las personas a tu alrededor se comportan como críos y llenan tu cabeza de confusión…;

Sal al campo y envuelve tus brazos alrededor de tu caballo, puede que él no tenga un doctorado ni haya estudiado ningún tipo de medicina, pero cuando su cabeza descansa sobre tu hombro y tu le abrazas fuertemente… él consigue poner tu mundo en equilibrio, tus lágrimas pronto dejan de fluir y desaparece la tensión… ya nada importa y todo vuelve a la calma…

Cierra los ojos y disfruta


Pocas cosas hay tan apasionantes como el lento galope de tu caballo.
Despacio, dejándote sentir, tranquilo, cadente... sin prisas...
Aquí te da la oportunidad de aprender a disfrutar de su movimiento.
Te espera y te da tiempo, te invita a saborear el momento, su poténcia, la reunión de todas sus fuerzas y el deseo de satisfacerte.
Controla sus ganas de correr y las invierte en elegancia.
Tiene tiempo de perfeccionar cada uno de sus trancos y consigue regalarte lo mejor de sí mismo.
No quieras intervenir en este momento, déjale que se entregue, y agradécele lo que te está ofreciendo de la misma forma que él.
Mantén tu asiento relajado, tus manos tranquilas, la mirada en el horizonte.
Y él se sentirá orgulloso, se sentirá poderoso de haber conquistado tu corazón.