miércoles, 27 de octubre de 2010

No me gusta.


No me gusta cuando doy 100 y recibo 10. Cuando pienso primero en los demás y luego en mi. Cuando dejo de reír porque la gente me juzgue. Cuando me miras y yo te miro, pero nadie da el paso. Cuando soy orgulloso. Cuando soy tímido. Cuando hago como si nada y en realidad dentro muero del dolor. Cuando no encuentro lo que busco. Cuando me arrepiento. Cuando veo a alguien que me mantuvo en un pedestal y ahora apenas se preocupa por mí. Cuando estoy triste. Cuando tengo muchos problemas. Cuando soy celoso. Y, sobre todo, cuando pienso en tirar todo para arriba, pero no puedo encontrar la fuerza para hacerlo.

lunes, 25 de octubre de 2010


Supongamos que cada mañana al levantarte te encuentras 1.440 euros. Sin hacer nada para ganarlos, sin esfuerzo alguno. Puedes regalarlos, gastarlos, divertirte con ellos o quemarlos.
La única condición es que los que no uses, al final del día desaparecerán.

Así funciona la vida.
La diferencia es que lo que te encuentras cada día no son 1.440 euros, son 1.440 minutos.

Piensa bien qué vas a hacer con ellos. Los que no uses, se perderán.

domingo, 24 de octubre de 2010

Equivócate, pero hazlo.


A los 5 años nos preguntaron que queríamos ser de mayores, y contestábamos cosas como astronauta, presidente o princesa. A los 10 volvieron a preguntárnoslo, dijimos estrella de rock, vaquero, medallista de oro.
Pero, ahora que somos mayores, quieren una respuesta seria. A ver que os parece ésta: ¿Quién cuernos lo sabe?


No es momento de tomar decisiones rápidas, es momento de cometer errores, de subirse al tren equivocado y extraviarse, de enamorarse (a menudo), de licenciarse en filosofía porque es imposible hacer carrera en ella, de cambiar de idea y volver a cambiar, porque no hay nada permanente.
Asique cometed todos los errores que podáis, y algún día, cuando nos pregunten lo que queremos ser, no tendremos que adivinarlo; lo sabremos.

jueves, 14 de octubre de 2010

¡Despéinate!


He aprendido que hay que dejar que la vida te despeine. Por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad.
El mundo está loco.. definitivamente loco... lo rico, engorda, lo bonito sale caro, el sol que ilumina tu rostro arruga y lo realmente bueno de esta vida, despeina…
- reírte a carcajadas, despeina
- viajar, despeina
- volar, despeina
- correr, despeina
- meterte en el mar, despeina.
- jugar, despeina.
- cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
- bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible..
Así que cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado, sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida. Es ley de vida: siempre va a estar más despeinado quien elija ir en el primer carrito de la montaña rusa que quien elija no subirse.
Puede ser que me sienta tentada a ser una chica impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria... Y quizá debería seguir las instrucciones pero, ¿cuando me van a dar la orden de ser feliz? ¿Acaso no se dan cuenta que para estar guapa me debo de sentir guapa?
Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la chica que debo y quiero ser. Por eso mi recomendación a tod@s:
Entrégate, come rico, besa, abraza, baila, enamórate, relájate, viaja, salta, acuéstate tarde, levántate temprano, corre, vuela, canta, admira el paisaje, disfruta y, sobre todo, ¡¡deja que la vida te despeine!!
Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.

La Real Academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser o suceder. Y define improbable como algo inverosímil que no se funda en una razón prudente.
Puestos a escoger, a mí me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo, supongo.
La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza, a la épica.
Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió.
Un afroamericano habitando la Casa Blanca era improbable, pero sucedió.
Que los Barón Rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero sucedió.
Nadal desbancando del número uno a Federer, una periodista convertida en princesa,
el 12-1 contra Malta, el amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente; por eso no me gusta hablar de amores imposibles si no de amores improbables.
Por que lo improbable es por definicion probable, lo que es casi seguro que no pase, esque puede pasar.
Mientas haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones que pase, vale la pena intentarlo.